








El Gobierno peruano dio un golpe contundente contra la corrupción y la indisciplina en la Policía Nacional al ejecutar el pase al retiro de 1.456 efectivos, de los cuales 570 enfrentan acusaciones de corrupción, una medida que busca restaurar la confianza pública y fortalecer la seguridad en el país.
Según la Inspectoría General, se han impuesto 4.188 sanciones este año por faltas disciplinarias y delitos de corrupción, mientras un nuevo reglamento endurece las evaluaciones anuales, contempla el uso del polígrafo, operativos inopinados y la creación de una Oficina de Integridad Institucional.
Estas acciones que buscan limpiar la institución y demostrar que el compromiso con la transparencia y la justicia es firme, recordando que la integridad es la base para recuperar la confianza de la ciudadanía.
Fuente: Crónica.